domingo, 21 de agosto de 2011

17 de agosto - Voy cruzando el río...

Otro bonito día en Utah. Dormimos en Kanab, el hotel muy bueno y la cama mejor así que hoy hemos descansado mejor y tomamos con ganas el día. Dirigimos nuestros pasos a Zion National Park, donde unas moles de piedra rojiza se elevan a 2.000 m de altura dejando unos cortados impresionantes, y donde el río Virgin ha ido creando un cañón espectacular.

El cañón se encuentra cerrado al tráfico, hay que dejar el coche en el centro de visitantes y coger el bus que nos lleve a nuestra parada. En el parque existen unas rutas verticales de impresión, la más famosa llega hasta Angels Landing a través de un cortado que te quita el hipo, pero nosotros hemos elegido la más divertida que transcurre por los Narrows del río Virgin:
La ruta completa comienza desde lo alto y va bajando por el cañón que forma el río, en total son 16 millas, pero claro haría falta un día entero para completarla y nosotros no disponemos de ese tiempo, así que nos conformamos con ir a la última parada del bus y remontar el curso del río unas 2 horas y volver sobre nuestros pasos. La mayor parte de la ruta discurre por el propio río, lo que hace de esta caminata de algo perfecto para soportar los calurosos días de agosto del oeste americano.


Al comienzo de la ruta se ve bastante gente, pero para nada es agobiante y conforme avanzas llegas a zonas donde puedes estar solo. Además conforme remontas el curso del río, el cañón se va estrechando en paredes de corte vertical impresionantes.

A mitad de camino nos encontramos con una poza natural junto a una piedra y no nos lo pensamos y decidimos practicar el salto de trampolín ;)

Y se hizo la hora de volver, qué pena!! nos hubiéramos quedado toda la tarde en Zion, pero no queríamos llegar muy tarde a Las Vegas, así que desandamos el camino y al coche. Este parque suele ser un desconocido para el público, pero lo recomendamos 100% sobre todo por la ruta y más si vais con niños o sois unos niños como nosotros jeje y con el calor de agosto se agradece un día así, diversión y naturaleza a la vez que más se puede pedir.
Bueno carretera que son 3 horas hasta Las Vegas. El Aveo tiene un mini depósito de 40 litros, así que hay que estar dándole de beber cada poquito, mucho cuidado porque USA a pesar de ser un país superdesarrollado te puede pasar como a nosotros, que en una interestatal no encuentres una gasolinera en 50 millas y llores de emoción al ver la siguiente gasolinera. A sí se quedó el depósito justo antes de repostar en Mesquite, entrando en Nevada:

Como nota curiosa, al entrar a pagar en la gasolinera, lo primero que te encuentras es una hilera de tragaperras no vaya a ser que en el trance te entre un apretón de vicio y te dé por perder unos "bucks", estamos en Nevada y el juego ya es legal.
Cruzando el desierto no cruzamos con esta escena típica de un convoy de mercancías:

Tras millas y millas de desierto de repente de la nada surge la ciudad del pecado, ahora toca encontrar nuestro hotel el Caesars Palace. Tras unas cuantas vueltas por el strip con el coche para encontrar la entrada al hotel, que gigantesco es un concepto que se queda corto, conseguimos dejar el coche en el parking del hotel. Abrimos la puerta y boooom parecía que un enemigo invisible nos estaba zurrando de lo lindo, qué calor, el asfalto del parking hervía, más de 40 grados nos dan la bienvenida. Eso sí, y esto es una constante en todo el país, a esta gente no le gusta pasar el calor, así que no sé si es que se están preparando para un duro invierno o qué, pero el aire acondicionado en todas partes a todo trapo. Es un milagro que hasta ahora no nos hayamos resentido, pero es una auténtica barbaridad el frío que hace en todos los locales. Más de 10 minutos de caminata, y no exagero, desde los ascensores del parking hasta la recepción del hotel, por supuesto cruzando todo el casino no vaya a ser que nos dé otro arrebato. Llegamos a las 6 al hotel y hasta las 7 no estábamos en la habitación, esto es grande grande y hasta que no le coges el truco andas entre tragaperras y mesas de black jack un buen rato.
Dentro del hotel a parte del Gran Casino:

Puedes encontrar una réplica del David de Miguel Ángel:

O una tremenda zona de tiendas con las mejores marcas de ropa, galerías de arte, electrónica, etc etc mención a parte la pedazo de tienda que ha montado H&M sólo por verla merece la pena entrar.
Y aquí una vista general desde el exterior
Aquí absolutamente todo está diseñado para que te dejes la pasta. Los hoteles no son caros y tiene su lógica, ellos quieren que entres, que vayas y luego ya se preocuparán de tejer una tele de araña de deje tu bolsillo más limpio que la patena. Por muchas series que hayas podido ver ambientadas en Las Vegas, películas, guías de viaje, etc hay que estar allí para vivir lo que realmente es Las Vegas, un sitio que seguro enamorará a muchos y que otros tantos odiarán.
Damos nuestro primer paseo por el Strip, entre el cansancio, el calor y la gente la verdad que nos llegamos a agobiar bastante, aún así nos dio tiempo de ver un parte del espectáculo de las fuentes del Bellagio y el exterior del París. Antes de cenar el McDonalds y dar por concluida una jornada genial, de las mejores del viaje.


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