4 de agosto – Niagara Falls

Hoy toca excursión a Buffalo para visitar las cataratas del Niagara. Existen excursiones organizadas desde NY, pero nosotros lo hemos hecho por nuestra cuenta. Las cataratas se encuentran a unos 650 km al oeste de NYC cercanas a Buffalo, entre los lagos Erie y Ontario, comunicados por el rio Niagara que en su curso hacia el Ontario forma esta impresionante catarata:

Cogimos vuelos hasta Buffalo por 120 $ con Delta, luego en lugar de coger el bus desde el aeropuerto hasta la zona de Niagara Falls, alquilarmos un coche por 50€ el día con el tanque lleno y conductor adicional por si acaso, al final todo un acierto. El vuelo sale a las 8.15 del JFK, así que a las 5 tocan diana, para las 5.30 estamos en la parada del metro, no sin antes un regreso inesperado por mi parte al hotel porque me había dejado el carnet de conducir…. Bien. En una hora llegamos a la T3 del JFK, control con escaner de cuerpo entero incluido, y los tipos me dejan pasar por error mío con un bote de 200 ml de crema del sol del 50, me siento seguro. El vuelo estaba previsto que durara 2 horas, pero en 1 hora estamos en Buffalo, vaya cracks. Por un lado, casi peor porque el coche lo tenía contratado para las 10.30, pero en National no nos ponen ningún problema y encima tras haber contratado un coche bastante maluco nos obsequian con este pedazo pepino:

Ignacio, que ha sido el conductor de hoy, la ha gozado con el automático como un enano, por cierto, hemos llegado a la conclusión de que Abdul, el taxista de la llegada, a parte de no saber inglés no tenía ni puta idea de conducir. Salimos del aeropuerto y enchufamos el Tomtom del Iphone offline, para nuestra sorpresa funciona espectacularmente, no sólo eso sino que encima nos marca las rutas sin peajes, esto del Iphone es el invento del siglo. El trayecto nos ha gustado muchísmo, típica zona residencial americana con los buzones a pie de calle, casas de madera con el jardín delante y por supuesto la omnipresente bandera americana. En poco menos de 45 minutos llegamos al lado americano de las cataratas, aparcamos el coche por 10$ cerca del puente que cruza a Canadá y nos dirigimos al primer mirador a contemplar este espectáculo que nos ofrece nuestro hermoso planeta.

El rio Niagara en su curso hacia el Ontario crea la frontera entre USA y Canadá, al margen izquierdo queda el lado canadiense y al derecho el estadounidense. Antes de llegar a las cataratas se divide en dos brazos, formando una isla en medio siendo esta territorio americano (Goat Island). El brazo derecho de río de menor caudal, fluye por suelo americano hasta precipitarse al vacío en un cortado del terreno, creando las cataratas del lado americano, siendo en sí mismas un salto de agua preciosos, pero es que 500 m a la izquierda el curso principal del río en territorio canadiense se desploma por el mismo cortado creando una catarata perfecta de herradura con un caudal impresionante de agua. Desde el lado americano la vista no es la mejor ya que es lateral para ambas cataratas, para verlas de frente es necesario cruzar la frontera. Nosotros hemos dejado el coche en el lado americano y hemos cruzado la frontera andando, todo un acierto, al entrar en Canadá te preguntan el motivo de la visita y te sellan el pasaporte una vez cruzada la frontera te das cuenta del tinglado hortera que han montado aquí alrededor de tan magno espectáculo. Para mi gusto, sencillamente lamentable, lo más hortera de Benidorm al lado de uno de los espectáculos más bonitos de la naturaleza, chapó.

Tras las fotos de rigor, huimos del gentío y volvemos sobre nuestros pasos para volver a suelo americano. En la frontera los canadienses te hacen pagar 50 centavos de dólar, el caso es que no hay nadie controlando, sólo un rodillo y las másquinas sólo dan cambio de dólar y 5 dólares, resulta que no llevamos encima nada, así que como dos delincuentes nos saltamos el rulo y para los States en plan fugitivo por el puente. Una vez en el lado americano nos acercamos hasta el maid of the mist, vamos el barquito que te lleva a chipiarte bajo las cataratas. La verdad que merece la pena pagar los 13,50 $ del trayecto, desde abajo la catarata es más increíble si cabe y con el calor que hacía el agua se agradece, como nota curiosa entramos a la vez con un grupo de amish vestidos como en las pelis, no sacamos fotos por respeto.

Salimos del barco y eran las 3 y sin comer, como no queríamos otro día con fast food cogimos el coche y nos fuimos al típico badulaque de carretera regentado por americanos. Un poco de fiambre, bien de fruta y líquido y de allí al río a hacer merendola, descansar e incluso echar una pequeña siesta.

Tras haber descansado merecidamente, agarramos el coche y decimos ir callejeando hasta Buffalo. Esto sí que es USA y no NYC, urbanizaciones de casas bajitas con el jardín delante, todo bien cortadito, la bandera en el jardín, ni un turista... la verdad que disfrutamos del viaje tranquilamente. Esta foto es de la ciudad de Tonawanda, no se aprecia muy bien al estar hecha desde el coche, pero algo es algo:

Callejeando callejeando llegamos al centro de Buffalo, y tras echar esta foto nos dimos cuenta que nos habíamos metido en un barrio un poco chungui, al toparnos en un cruce con un coche de gansters con la música a todo trapo, todo maqueados etc y un "hermano" en paños menores más grande que un armario saludándonos con los pectorales.

Poniendo la directa y mirando siempre al frente, por si acaso, llegamos al aeropuerto. Dejamos el coche sin problemas, y como el vuelo había sido rápido, a las 21 tocábamos tierra, pensamos en ir al Top of the Rock a ver Manhattan de noche, pero todo se torció cuando por obras tuvimos que coger un bus hasta el metro en lugar del airtrain llegando al hotel a las 23.15. Muertos y a la cama después de un día bonito, las Niagara Falls bien merecen una excursión, a pesar de lo que han montado alrededor y la gente.

Mañana more...