Después de haber podido solucionar los problemas técnicos con las wifis neyorquinas os contamos nuestras sensaciones del viaje de ida:
El viaje se hizo más duro de lo esperado, acumulamos dos horas de retraso y llegamos a NYC a las 22.00 de la noche (04.00 am hora española) después de 20 horas desde que salimos de casa, y sin dormir con lo que literalmente estábamos reventados. Tuvimos suerte, porque al coger los asientos en las filas delanteras, salimos justo después de los pasajeros de business corriendo para pasar inmigrción. Aquí afortunadamente no tuvimos ningún problema, eso sí, las bromas las dejas detrás de la línea, porque estos tipos están más serios que en un funeral, a parte de cogerte las 20 huellas de los dedos y hacerte un escaner de retina, que para qué leches lo querrán digo yo. Ya sólo quedaban coger las maletas y para el taxi corriendo, aquí se nos acabó la suerte estuvimos cerca de 45 minutos jurando porque nuestras maletas no aparecían por la rampa, la madre que los parió, menos mal que entre las 10 últimas maletas aparecieron las nuestras, sino la liada hubiera sido parda.
Finalmente salimos del JFK sobre las 22.45 de la noche, y fue abrir la puerta del aeropuerto y darnos cuenta que las vamos a pasar canutas, esto no es calor... es lo siguiente, la temperatura no es una exageración pero la humedad es brutal, vas pegajoso todo el santo dia y por la noche la temperatura sólo baja hasta los 24 grados, en fin, si lo llego a saber me vengo con la camelback.
Cogimos un taxi con un señor llamado Abdul que hablaba y entendía menos inglés que yo, al final conseguimos que nos entendiera dónde estaba nuestro hotel y se metió en una highway destino Queens. La verdad que no sé si el tal Abdul sabía conducir o es que los coches automáticos funcionan así, pero iba todo el rato a tirones, lo descubriremos en breve. Tampoco pudimos ver mucho en nuestro trayecto ya que fue por autopistas hasta casi llegar al hotel, pero ya nos percatamos que aquí los intermitentes son de adorno, que la gente va bastante ligerita y que el estado de las carreteras para ser un NY es manifiestamente mejorable, en fin habrá que adaptarse rápido. Con el cansacncio con el que llevamos justo hicimos el checkin en el hotel y para la piltra.
El hotel está muy bien, justo al pié del puente de Queensboro en la orilla de Queens, la zona un poco desangelada pero no es para nada peligrosa y hay dos paradas de metro a menos de 3 minutos de la puerta. Las habitaciones son amplias y están bien, la cama es más ancha que larga así que con eso lo he dicho todo y con la wifi solucionada pues no se puede pedir más, ah se me olvidaba es el Country Inn & Suites by Carlson Long Island City, todo eso.
Seguimos...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar