Último día completo en los States, parece mentira que ya hayamos llegado al trigésimo día de nuestro viaje. Esta mañana lo comentamos en el café starbuckiano de todos los días ;) a pesar de las palizas, los kilñometros y los días, y muy en contra de lo que podíamos pensar en un principio, no se nos ha hecho nada pesado el viaje, todo lo contrario, nos entra mucha tristeza el pensar que en unas horas abandonaremos este extraordinario país. En fin, todo lo que empieza, acaba y esto no iba a ser menos.
Como ya he dejado entrever tras la ducha matutina directos a Starbucks, por cierto el peor servido del viaje, se han confundido en el pedido y no le han echado ni una gana, que le vamos a hacer, y derechos a visitar Chicago, la ciudad del viento.
Nuestro hotel es el Essex Inn, y además de estar muy bien, se encuentra al pié de Grant Park, lo que nos permite ir andando hasta el centro no sin antes parar en el Millenium Park, una zona del parque creada en 2004 muy bonita, donde nos encontramos con las Crown Fountain
O la increíble escultura Cloud Gate, popularmente conocida como the bean (la judía) por su forma característica.
Remontamos la calle Michigan hacia el río Chicago encontrándonos con todo el Downtown de la ciudad y sus multitud de rascacielos, la verdad que la ciudad nos deja impresionados, no esperábamos que nos fuera a gustar tanto, para nada tiene algo que envidiar a Manhattan, muy al contrario es mucho más espectacular que su hermana de la Costa Este si cabe.
Aquí Ignacio mezclándose con los brokers como un chicaguense más:
Al llegar al puente sobre el río Chicago de la calle Michigan nos encontramos con la torre Trump, este tipo tiene torres por todas partes, desde NY a SF pasando por LV y ahora en Chicago, la madre que lo parió!!
Y justo allí cogemos el barco de la arquitectura, que hace un recorrido por todo el río Chicago con una guía que va relatando toda la historia de los edificios de la ciudad, muy recomendable la verdad, eso sí en perfecto inglés, así que a practicar el idioma de Shakespeare. Como nota curiosa nos quedamos de piedra con una de las historias de la ciudad, resulta que con la industrialización Chicago creció de manera desmedida, siendo una ciudad que servía de nexo entre el este y el oeste y el norte y el sur del país. A orillas del lago Michigan, los habitantes tomaban sus aguas para abastecerse, el caso es que la industrialización de la zona acabó por contaminar el río Chicago que vertía sus aguas al lago y por tanto a éste, para solucionar este problema no se les ocurrió otra que dragar el río de tal forma que por gravedad se cambió el curso de las aguas que ahora iban a parar hacia el sur en busca del Missisipi, impresionante!! lo que hace el hombre para adaptar la naturaleza a sus antojos, al llegar a España indagaré más en esta historia que me ha llamado tremendamente la atención. Bueno al grano, que la excursión ha sido magnífica, gracias a que Chicago es una joya arquitectónic, la meca de cualquier amante de la arquitectura:
Tras el paseo de hora y media ya era tarde, así que nos hemos ido a comer la última burger USA, qué buena estaba!! No sé que le da esta gente a las vacas para comer, pero la carne es buenísima la comas donde la comas.
Tras la comida nos encaminamos a la Torre Hancock, más concretamente a su observatorio desde donde se tiene una de las mejores vistas de la ciudad como puede apreciarse en las fotos:
Reflejo de la torre en el Michigan
Vista al Downtown en el Sur
Al Lago en el Norte
Sin duda el mejor observatorio al que hemos subido, por las vistas y porque estábamos prácticamente solos, sin agobios, moviéndonos a nuestro aire, la verdad que una experiencia muy bonita.
Volvemos sobre nuestros pasos y cogemos un bus en la calle Madison para que nos lleve hasta el United Center, el estadio de los Bulls. La verdad que el viaje es largo y pasamos del Downtown a la periferia donde se ve menos turista. El estadio por fuera no dice mucho, pero todo sea por visitar la estatua del más grande que hubo nunca y que nunca habrá como reza en su base:
Tras el bus de vuelta la noche se hace sobre la ciudad, entramos en un super a reponer fuerzas y para el hotel que ha sido un día largo. Aquí la Torre Trump con el metro elevado
Al llegar al hotel estamos cansados, Ignacio decide quedarse, pero yo quiero aprovechar las últimas horas para retaratar Chicago por la noche, aquí dejo algunas fotos
Crown Fountains
Cloud Gate
Downtown desde el puente de la calle Michigan
Metro en Wabash
Y esto toooodo amigos
Gran sabor de boca el que nos deja esta bonita ciudad, una pena no tener más tiempo para poder vivirla más, pero el tiempo se nos acaba, mañana nos toca la locura de la vuelta y cruzamos los dedos para que todo salga como lo ha hacho todos estos días, y que el huracán Irene no nos fastidie la vuelta.
La próxima entradala firmaremos ya en suelo español, hasta entonces un saludo.
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